Reconociendo que las desigualdades económicas y sociales conducen a que los factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles aumenten para las personas en situación de vulnerabilidad, Colombia puso en práctica el modelo de ciudades, entornos y zonas rurales saludables y sostenibles. En el proyecto se aplicó un enfoque intersectorial y se proporcionaron orientaciones estratégicas a los responsables de formular las políticas locales sobre cómo abordar el problema de las enfermedades no transmisibles impartiendo capacitación adaptada a diferentes sectores (por ejemplo, a los trabajadores de salud y a los medios de comunicación). El proyecto se centró en dos territorios, Cauca y Huila, para comprender mejor las condiciones de vida que incidían en el acceso a los servicios. Se realizaron de forma rápida evaluaciones y diagnósticos de necesidades, lo que permitió formular un plan de salud coherente y acorde con la realidad de las comunidades.