Los establecimientos de salud de Belice son vulnerables a los peligros naturales y a los efectos del cambio climático. El huracán Lisa, que azotó en noviembre del 2022, dejó daños considerables a su paso. Aunque el sector de la salud se vio afectado, los cinco establecimientos de salud acondicionados como hospitales “inteligentes” siguieron funcionando durante el huracán y después de que este tocara tierra. La Oficina llevó a cabo una evaluación y no encontró daños estructurales en esos edificios, ni tampoco se informó de que hubiera habido interrupciones en el suministro de electricidad o agua, gracias a las intervenciones inteligentes (seguras y ecológicas) que se habían realizado para actualizar y adaptar los establecimientos de salud de modo que resistieran los desastres naturales y climáticos. Las comunidades siguieron recibiendo servicios esenciales, como la vacunación, la atención sexual y reproductiva, la atención de la salud maternoinfantil, los servicios médicos dirigidos a las enfermedades crónicas y otros. La infraestructura y los sistemas, como la electricidad proporcionada por la energía solar, el suministro de agua mediante la recolección de agua de lluvia, los desagües y otros, permitieron que las instalaciones siguieran funcionando para los pacientes, incluidos los que tenían COVID-19. La colaboración entre la OPS y el Gobierno de Belice, con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores, del Commonwealth y de Desarrollo del Reino Unido, hizo posible este logro, y se ha recibido más apoyo de la Unión Europea para acondicionar otros establecimientos de salud.