La violencia es un problema importante de salud pública debido a su tremendo impacto en la salud y el bienestar. De todas las formas de violencia, el homicidio es sin duda la más devastadora, ya que conduce a la pérdida evitable de vidas. Los adolescentes y los adultos jóvenes se ven afectados de manera desproporcionada por el homicidio, que es una de las principales causas de muerte en este grupo etario en la Región de las Américas.

La mortalidad por homicidio en jóvenes de 15 a 24 años no ha cambiado mucho respecto de los valores de la línea de base medidos en el 2000 (35,71 muertes por 100 000 habitantes de 15 a 24 años) y el 2015 (33,98 muertes por 100 000 habitantes de 15 a 24 años). Desde el 2000, la tasa anual de mortalidad por homicidio para este segmento de la población se ha situado entre 32 y 38 muertes por 100 000 habitantes. No se prevé alcanzar la meta de 31,96 muertes por 100 000 habitantes de 15 a 24 años para el 2025.

Las desigualdades en materia de salud determinadas por la distribución de la riqueza, la educación, el acceso al mercado laboral y las oportunidades de bienestar están ampliamente relacionadas con altas tasas de violencia y mortalidad en la Región de las Américas, en particular en los hombres jóvenes. La madurez de las políticas e intervenciones para prevenir los homicidios varía de un país a otro. Hay factores políticos, económicos y sociales que influyen en la capacidad de cada país para combatir la mortalidad por homicidio.

Recomendaciones 

• Promover intervenciones eficaces de salud mental, incluido el acceso a apoyo psicosocial, que puedan crear oportunidades para que la población joven mejore sus perspectivas de vida.
• Promover el trabajo intersectorial de fortalecimiento de las estrategias y normas en materia de uso y portación de armas, tanto dentro de los países como entre ellos.
• Triangular datos de múltiples fuentes, incluso de los principales estratificadores sociales, como riqueza, educación, sexo, diferencias entre zonas urbanas y rurales, y otros determinantes sociales relacionados con la mortalidad por homicidio.