La medición y el seguimiento del número de personas que mueren a raíz de traumatismos causados por el tránsito proporcionan un medio para evaluar el impacto de las políticas y las leyes, y ponen de relieve las esferas en las que es necesario adoptar más medidas. Entre el 2020 y el 2021, la mortalidad debida a traumatismos causados por el tránsito disminuyó lentamente a 14,1 muertes por 100 000 habitantes. Según las proyecciones, la tasa seguirá disminuyendo, pero es probable que no se alcance la meta para el 2025 de 10,85 muertes por 100 000 habitantes. Hay una gran heterogeneidad en la distribución de la tasa de mortalidad entre los países de la Región y dentro de ellos. En diciembre del 2023, la OMS publicó el quinto informe sobre la situación mundial de la seguridad vial. La Oficina colaboró estrechamente con la OMS para mejorar las estimaciones de la mortalidad debida a traumatismos causados por el tránsito.
La madurez de las políticas e intervenciones para prevenir las muertes prematuras debidas a traumatismos causados por el tránsito varía de un país a otro. Hay factores políticos, económicos y sociales que influyen en la capacidad de los sistemas nacionales de transporte y salud. En algunos países, los cambios de gobierno y los problemas sociopolíticos han planteado dificultades para la cooperación técnica en materia de seguridad vial. A pesar del potencial del sector de la salud para convocar a diversas partes interesadas y abogar por enfoques basados en la evidencia, su impacto en la seguridad vial tiene limitaciones, debido sobre todo a las restricciones de los recursos y la capacidad institucional. Un resultado prometedor es que algunos países están trabajando activamente para fortalecer la respuesta a las colisiones a fin de prevenir muertes y discapacidades evitables.
Recomendaciones
- Armonizar las iniciativas nacionales de intervención sobre la seguridad vial con las recomendaciones de la OPS y la OMS, a fin de que los traumatismos relacionados con el tránsito se traten como un problema prioritario de salud pública que requiere una respuesta organizada y multisectorial.
- Abordar las limitaciones de recursos y las barreras institucionales que restringen la respuesta a las colisiones.
- Fomentar el diálogo sobre estrategias eficaces encaminadas a fortalecer la capacidad del sistema de salud para prevenir los traumatismos causados por el tránsito.