Este indicador cuantifica la probabilidad y las tendencias de la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles (ENT). Estas enfermedades causan la mayor proporción de muertes en la mayoría de los países de la Región. Por lo tanto, es muy importante que se intensifiquen los esfuerzos en la Región para dar seguimiento a los avances de las políticas, los programas y las intervenciones encaminadas a reducir la mortalidad prematura por ENT.

A fin de alcanzar la meta para el 2025 del 11,70% de probabilidad incondicional de morir entre los 30 y los 70 años de enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias crónicas, se requiere una tasa de cambio anual de ‑2,5%. La tasa de cambio actual es de ‑1,4%, lo cual indica que no es probable que la Región alcance su meta para el 2025.

A pesar de los llamamientos para acelerar las políticas, los programas y las intervenciones, el progreso se ha visto obstaculizado, principalmente por las interrupciones en los servicios de salud relacionadas con la COVID-19 y a dificultades recurrentes. Muchas de ellas se han señalado en la sección del informe de resultados sobre la adopción de enfoques integrados de las ENT en los sistemas de salud. Se han hecho notables avances en el control del tabaco, las políticas de nutrición, las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión. Sin embargo, se necesitan más esfuerzos para hacer frente al síndrome metabólico, la diabetes, la obesidad y la actividad física insuficiente.

Recomendaciones 

• Aplicar políticas e intervenciones relacionadas con los determinantes sociales y comerciales de la salud, y garantizar el acceso a una atención de salud de calidad.
• Armonizar las actividades nacionales con la iniciativa interprogramática de la Oficina sobre una mejor atención para las ENT, cuya finalidad es reducir la mortalidad prematura mejorando la detección temprana, el diagnóstico y la atención equitativa para los pacientes con ENT.
• Fortalecer los sistemas de información sobre la salud, la vigilancia y el seguimiento a fin de mejorar la toma de decisiones basadas en la evidencia para las ENT.
• Aumentar el nivel de prioridad, la asignación de fondos y la disponibilidad de recursos humanos para la capacitación en el manejo de las ENT.
• Incorporar las recomendaciones del Grupo Asesor Estratégico sobre Enfermedades No Transmisibles y sus Factores de Riesgo.