El promedio de la mortalidad por suicidio en los países de la Región aumentó de alrededor de 8,2 muertes por 100 000 habitantes en el 2014 a 8,9 muertes por 100 000 habitantes en el 2019, con diferencias notables entre los Estados Miembros. No se alcanzará la meta regional de 7,4 muertes por 100 000 habitantes si no se adoptan medidas importantes para abordar los factores políticos, económicos y sociales que influyen en la capacidad nacional para prevenir el suicidio. Las disparidades en la mortalidad por suicidio se pueden atribuir a la distribución desigual de la riqueza, la educación, el acceso al mercado laboral y las oportunidades de bienestar. Estas variables están ampliamente relacionadas con la depresión y los problemas de salud mental, dos importantes factores de riesgo de suicidio. Este indicador permite hacer el seguimiento de la mortalidad por suicidio como base para el diseño de programas de prevención y control del comportamiento suicida basados en la evidencia. La madurez de las políticas e intervenciones para prevenir la mortalidad por suicidio varía entre los Estados Miembros. Hay factores políticos, económicos y sociales que influyen en la capacidad nacional para abordar de manera programática la prevención del suicidio. La recopilación de datos oportunos y precisos de los países de la Región plantea un desafío para alcanzar de manera medible la meta del 2025. La mayoría de los países de la Región han presentado datos solo hasta el 2019.
Las iniciativas de la Oficina (como la Iniciativa Regional para la Prevención del Suicidio y el Simposio sobre Prevención del Suicidio de junio del 2024, realizado en colaboración con el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos) ponen de relieve la importancia de la prevención del suicidio y buscan reducir estratégicamente la mortalidad por suicidio en la Región de las Américas. Algunas intervenciones destacadas para reducir la mortalidad por suicidio consisten en el establecimiento de redes de múltiples partes interesadas para la prevención del suicidio en el Estado Plurinacional de Bolivia y Uruguay, la mejora de la vigilancia y la respuesta en Argentina, y la ampliación del acceso a la telesalud en Paraguay para el apoyo urgente en materia de salud mental.
Recomendaciones
- Formular estrategias integrales de prevención del suicidio en consonancia con el enfoque de la OMS conocido como “Vivir la vida”, en colaboración con la Oficina.
- Incorporar estrategias de iniciativas eficaces de prevención del suicidio, así como la divulgación a todos los sectores, la capacitación de los profesionales de los medios de comunicación sobre la difusión responsable de información y la capacitación de los encargados de recopilar datos sobre la vigilancia de los intentos de suicidio en los hospitales.